La que narra

Uno de enero de 2015

Estoy en el sofá con el portátil en mi regazo y escribo las primeras palabras en este entorno, mi nueva habitación digital donde comunicarme con la sociedad internáutica a partir de ahora. He querido reservar esta página para presentarme pero, sinceramente, no sé muy bien qué explicar. Debería soltarme pero temo caer en el narcisismo, en la falsa modestia o, peor que todo, en la más profunda imprecisión resultante de describirse a uno mismo sin conocerse demasiado. Algo haré, porque dejar esto vacío me mosquea, sabed que me había propuesto darle un toque intimista a este blog.

Intuyo que los que me habéis ido leyendo a lo largo de estos años –extensivo también a la mayoría de amistades y familiares- me tenéis por una muchacha extrovertida, resolutiva y segura de sí misma. Yo me percibo tímida, siempre escoltada tras la pantalla para decir la gran verdad –o la gran parida-, y con más dudas que certezas. Como no nos pondríamos de acuerdo, lo dejaremos en tablas, en un segundo lugar tras la máxima de que la mejor descripción para cada uno la proclaman sus acciones. 

De todas formas, para los clasicorros que os seguís aferrando a las presentaciones con nombre, apellidos y dos besos, aquí va el vídeo que hicimos con Els Bous de la Salle para que os hagáis una idea convencional sobre mi persona.



Pues venga, creo que con esto es suficiente presentación. Encantada de captar tu atención lectora, te doy la bienvenida a este espacio. Hola.